Tres deseos para la iglesia

Por Walter Romanenghi

Mensaje del encuentro familiar del Domingo 28 de Junio del 2015

“Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo (de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra), para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén. ” Efesios 3:14-21

El apóstol Pablo pide tres deseos para la Iglesia de Éfeso y esos son también los deseos que pedimos para nuestra iglesia.

• El primer deseo es que nuestro hombre interior sea fortalecido por el poder del Espíritu Santo quien actúa en nosotros. Es el Espíritu Santo el que produce cambios en nuestras vidas. Que la iglesia no se conforme con lo que tiene sino que anhele más de Dios.
• El segundo deseo es que conozcamos el Amor de Cristo. Un amor que abarca todo y a todos sin distinciones. Un amor profundo, inconmensurable y eterno. Dios nos ha rescatado, nos ha dado una vida nueva, una vida con propósito. Dios tiene mucho más para darnos. Que habite Cristo por la fe en nuestros corazones y que estemos arraigados en el amor del Señor.
• El tercer deseo es que seamos llenos de toda la plenitud de Dios. El apóstol Pablo dice, la iglesia de Dios es la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. La fe del apóstol no se fundamenta en nuestras capacidades sino el poder de Dios que puede hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros.

Que estos tres deseos sean nuestra oración cada día por la Iglesia.

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¡Anhelamos que Dios lo bendiga grandemente a través de este audio!

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