12 junio, 2025 | Iglesia Nueva Vida ←Volver a Devocionales Un hospital para gente rota Analía Busse Grawitz El templo es como un hospital, pero no uno común, sino uno para gente rota, y la iglesia es su personal.No solo estamos dentro del hospital, sino que debemos estar en las calles, en nuestro entorno. Nosotros hacemos trabajo pre-hospitalario, somos paramédicos, choferes de ambulancias, atentos a la necesidad, realizar primeros auxilios, compensarlos (escucharlos, animarlos, abrazarlos, alentarlos, ayudarlos, acompañarlos, abrigarlos)En el hospital debemos recibir a todos según sus necesidades. Requiere distintos tipos de atención, comunicarnos en su idioma y entender lo que les pasa.Esto va a requerir distintos tipos de atenciones, complejidades, especialidades.Enfermeros, limpieza, camilleros, instrumentistas, todos somos necesarios, debemos estar listos, preparados.Controlamos sus signos vitales, su temperatura, etc. ¿Cómo vienen? Con problemas, angustiados, dolidos, frustrados, tristes, ansiosos, quebrados…Los conocemos.Debemos presentarles al “Médico de los Médicos”, Él sabe lo que están pasando, qué les duele, Él nos conoce… no necesita estudios ni radiografías, nos vio desde antes de nacer… ¡también participó de nuestro parto!“Oh Señor, has examinado mi corazón y sabes todo acerca de mí. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; conoces mis pensamientos, aun cuando me encuentro lejos… Tú creaste las delicadas partes internas de mi cuerpo y me entretejiste en el vientre de mi madre.” (Salmo 139:1,2,13)Podemos ayudar a desinfectar y vendar las heridas, ser instrumentos útiles según las indicaciones del Doctor Supremo. (Salmo 147:3) También va con nosotros a la calle, ¡está en todos lados! “Buscaré a mis perdidas y las traeré sanas y salvas de regreso a casa. Vendaré a las heridas y fortaleceré a las débiles.” (Ez. 34:16)Las indicaciones para el tratamiento están en su manual: la Biblia, la necesitamos todos; nos indica como es el seguimiento, nuestros chequeos y controles de rutina, nos enseña sobre hábitos saludables y un cambio completo de vida, para eso hay grupos de apoyo: los discipulados.¿Cómo nos preparamos, cómo los vamos a recibir?Manteniéndonos firmes en el estudio de la Biblia, en la oración, en la comunión. Es una capacitación y actualización continua. (Hechos 2:42)Mirar la necesidad de los que nos rodean, dar primeros auxilios, recibirlos con amor, cuidando de no lastimarlos.Debemos estar juntos como equipo, unánimes, cada uno tiene su función y todos son valiosos. Actuar coordinados, sabiendo el rol o don que tiene mi compañero, mi colega, mi hermano.Acompañarlos, guiarlos a Jesús, que se encuentren con Él, que Él los sane.No somos médicos, somos colaboradores, ¡que seamos hallados fieles!Que Dios nos use para que la gente conozca a Dios, y sean sanadas por el mejor médico: Cristo.