31 julio, 2025 | Iglesia Nueva Vida ←Volver a Devocionales Preparándonos para la batalla Erica Busse Grawitz Tal como Gabriel nos compartía en el mensaje de la reunión del domingo pasado, creo que muchas veces nos encontramos librando batallas en nuestras propias fuerzas.¿No nos pasa también que, a veces, olvidamos que somos soldados?Sin embargo, somos parte de un ejército, llamados a estar preparados y armados (Efesios 6:10-18), sabiendo que la victoria la tenemos asegurada, porque somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó. (Romanos 8:37) Como dice en Romanos 8:31, “Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?”Pero el enemigo no se queda quieto, una de sus estrategias es infundirnos miedo. Pablo alentaba a los Filipenses: “Pase lo que pase, compórtense de una manera digna del evangelio de Cristo. De este modo, ya sea que vaya a verlos o que, estando ausente, solo tenga noticias de ustedes, sabré que siguen firmes en un mismo propósito, luchando unánimes por la fe del evangelio y sin temor alguno a sus adversarios, lo cual es para ellos señal de destrucción. Para ustedes, en cambio, es señal de salvación, y esto proviene de Dios.” (Filipenses 1:27-28)Otra estrategia es procurar que nos diluyamos, por ejemplo, estando entretenidos, perdiendo el control propio, cediendo a las tentaciones. Efesios 5:18 nos dice: “No se embriaguen, pues no se podrán controlar; más bien dejen que el Espíritu Santo los llene y controle.” Además de ser llenos del Espíritu Santo el apóstol Pablo nos insta a estar conscientes y despertar del sueño (Romanos 13:11-14)Otra forma en que pierdo la ventaja frente al enemigo es batallando a mi manera, sin discernir la voz de quien manda. Entre lo que Dios dice y lo que yo pienso, ¿qué prevalece?Debemos recordar a quién pertenecemos. Si soy soldado peleando las batallas del Señor, tengo la victoria asegurada, peleo con armas fuertes en Dios, poderosas para derribar fortalezas.¿Quién está al mando? Si estoy bajo el mando del Señor, sometido a su autoridad, entonces tengo el poder de resistir. “Así que humíllense delante de Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes.” (Santiago 4:7) Anhelo que al llegar al fin de nuestros días cada uno de nosotros podamos decir como Pablo: “He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe.” (2 Timoteo 4:7)¡Que el Señor te bendiga!