27 marzo, 2025 | Iglesia Nueva Vida ←Volver a Devocionales Ofrenda a Dios Nancy Morán “En primer lugar, celebra el Festival de los Panes sin levadura… porque en esa fecha se cumple el aniversario de tu salida de Egipto. Nadie podrá presentarse ante mí sin una ofrenda”. (Éxodo 23:15)En esta última parte quedé detenida.En el Nuevo Testamento, en el tiempo de la gracia, dice: “cada uno dé como propuso en su corazón…”. Pero ¿Qué está dando mi corazón?¿Qué pasa si me siento indigna/o para ofrendar? No precisamente que se trate de pecado, o de algún error que haya cometido, no me refiero a eso específicamente.¿De qué me sirve traer ofrenda si mi corazón está con muchas cargas?Mis preocupaciones evitan concentrarme en Dios, pueden aislarme de Dios, perturbarme, e impedirme llegar a su presencia. Oro y siento que no llega, y ese vacío me hace pensar que Dios no me está escuchando.Hay cargas, por ejemplo: trabajo, hablar de Cristo a mi familia, el estudio. Y qué hablar de lo económico: no llego, no me alcanza, y encima algo que necesito, y uso frecuente, se rompe. ¡Cuántas cargas más!Al saber que el Señor llevará mis cargas, al entregárselas completamente, mi mente no estará ocupada por ellas, y hará que mi mirada esté en Cristo. Cuando eso sucede, todo lo demás se abre, con toda libertad podré ofrendar, en primer lugar, mi corazón (mi vida) y por añadidura viene lo material. No tiene sentido traer ofrenda material si mi vida, mi corazón, mi adoración, no ofrenda primero esa entrega total a él.Entendí que necesitaba que Él me ayudara a cambiar, a sacar cosas que no estaban bien en mi vida, para eso tuvo que hacerme tocar fondo, tocó lo que más me duele, para poder reaccionar, y en cada situación me humillé de rodillas. Esa humillación y quebranto me permitió hacer cambios, quitar orgullos, resentimientos, rencores por lo que me hicieron, malos pensamientos, y cuántas cosas más que no las recuerdo.El propósito de Dios, al permitir que sucedan cosas que nos llevan a humillarnos y rendirnos ante Él, es para dar lugar a que vaciemos todo lo malo que puede haber en nuestro ser. Y así presentarnos cada día a él, en un camino de transformación “hasta que él venga”.Aún falta un tramo, pero debemos estar tranquilos, porque hay cargas que no dependen de nosotros, pero que son necesarias. Son parte de su propósito, aunque no lo entendamos. Pero descansamos en él, por eso hay paz, porque Él lleva nuestras cargas.Podemos decir que la mejor ofrenda a Dios es la entrega total de nuestra vida, y eso nos hace descansar en paz en él.Juan 14:27 “Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo”.