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Nuestro prójimo

Paola Zapata

Mateo relata en su evangelio, cómo un fariseo se acercó a Jesús, y para ponerlo a prueba le preguntó: “¿Cuál es el mandamiento más importante en la ley de Moisés?”
A lo que Jesús respondió: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón; con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primer mandamiento y el más importante, y hay un segundo mandamiento que es IGUALMENTE IMPORTANTE: AMA A TU PRÓJIMO COMO A TÍ MISMO.” (Mateo 22:35-39)
Así mismo, podemos encontrar que en Lucas 10:30-39, Jesús nos enseña quién es nuestro prójimo, y como tratarlo.
La parábola del buen samaritano, nos invita a ver más allá de las diferencias que podamos tener con los demás, y siempre obrar con amor y misericordia.
Si nuestro mundo, y más específicamente, nuestra comunidad, se enfocara más en las similitudes que tenemos como humanos, fuera más empática al sufrimiento, y más desarraigada de sus posesiones, tal como nos enseña el buen samaritano, y no se enfocare tanto en las diferencias, o en las consecuencias de ayudar al necesitado, nuestro corazón se alineará más al de Cristo.
El Señor me reafirma esta palabra cuando explica el Reino de los Cielos y su heredad. Es más que explícito en lo que espera de nosotros, “por cuanto tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, tuve frío y me diste abrigo, estuve enfermo y me cuidaste en la cárcel y me visitaste” entonces preguntaremos: “Señor, ¿en qué momento hemos hecho estas cosas?” – Él nos responderá: por cuanto al más pequeño e insignificante de mis hermanos lo hiciste, a mí me lo hicisteis” (Mateo 25:35-40.)
¿No es acaso una fuerte reafirmación del segundo, e igualmente importante, de los mandamientos?
¿No es acaso para Nuestro Padre igualmente de importante que amemos y cuidemos y abriguemos y consolemos y alimentemos nuestro Prójimo como amarlo a Él? Por lo que a mí me enseña, es el mismo sentir. Cumplir un mandamiento sin el otro, es básicamente ninguno.
Si Jesús dice claramente que es IGUAL de importante, Él NO se equivoca.
Oremos para tratar a nuestro prójimo tal como Jesús nos enseña.
Dios les bendiga.