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No, no, y no

Jennifer Pitra

Muchas veces decimos frases como “No puedo” “No quiero”, “No me sale”, “No tengo tiempo” “No es lo mío”. Pero, alguna vez te preguntaste ¿Qué tan cierto es todo eso? O alguna vez te pusiste a pensar en ¿Qué dice Dios acerca de esto?
Lo primero que me vino a la mente fue el versículo de 2 Tim. 1:7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.”
¿Cuántas veces hiciste estas afirmaciones? Y ¿Cuántas, de estas veces, fuiste a la Biblia a pedir la guía del Padre sobre esta situación?
En la vorágine de la vida diaria, es difícil separar un momento, y decir “Dios, siento que no puedo” “Dios, necesito TU ayuda”. Humanamente, tendemos a correr e intentar solucionar las cosas por nuestras propias fuerzas.
En Éxodo 18:18, Jetro le da un consejo a Moisés, su yerno, que estaba todo el día solucionando cosas por su propia cuenta, y le dice: “Desfallecerás del todo, tú y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo. Oye mi voz, yo te aconsejaré, y Dios estará contigo…”
Esto me lleva a decirles que muchas veces, cuando estamos ahogados de rutina, no podemos discernir la voluntad de Dios, por eso es importante saber buscar el consejo del Espíritu Santo y de otros.
Me gustaría que te preguntes: ¿Qué es eso que no estas permitiendo que Dios haga en tu vida por intentar hacerlo en tus fuerzas?
En Lucas 12: 30-31 dice: “…pero SU Padre ya conoce sus necesidades. Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás, y Él les dará todo lo que necesiten.”
Como iglesia venimos hablando de la fidelidad de Dios hacia nosotros, y ¡Qué maravilloso saber que, a pesar de todo, Dios está con nosotros!
Además, Dios pone personas en nuestras vidas para que puedan ayudarnos, siempre y cuando el consejo que recibamos sea de parte de Él.
Para finalizar, leamos Lucas 12:25-26 (NTV) “¿Acaso con todas sus preocupaciones pueden añadir un solo momento en su vida? Y, si por mucho preocuparse no se logra algo tan pequeño como eso, ¿de qué sirve preocuparse por cosas más grandes?”
Los animo a que, en esta semana, cada vez que consideren poner un “no” frente a una situación, vayamos a la Biblia, y veamos qué nos dice el Padre al respecto.
Pero, sobre todo, no nos preocupemos por cosas de las que Dios ya se hizo cargo.