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Mi lugar

Mateo Sereno

El domingo pasado, un objetivo de la prédica era motivar a que cada uno encuentre su lugar en Nueva Vida. Eso, más una frase de la prédica de la semana anterior, “para que Dios haga su voluntad en nosotros es necesario que sea derribada la nuestra” me llevaron a la reflexión de hoy.
John MacArthur, en su libro “La voluntad de Dios”, plantea cuál es la voluntad de Dios en general, y cómo encuentro la voluntad de Dios específica para mi vida.
Su voluntad, para todos, es que seamos:

  1. Salvos (2 Pedro 3:9)
  2. Llenos del Espíritu (Efesios 5:18)
  3. Santificados (1 Tesalonicenses 4:3-7)
  4. Sumisos (1 Pedro 2:13-15)
  5. Sufridos (1 Pedro 3:17; 1 Pedro 4:17-19)

Ahora queda responder cuál es su voluntad para mi vida. Y MacArthur da la respuesta en Salmos 37:4 -5.
“Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón.
Encomienda a Jehová tu camino, confía en él y él hará.”
La gracia de “deléitate en el Señor y el concederá los deseos de tu corazón” no es que si yo tengo un deseo vano se me va a cumplir. Es que, cuando yo me deleite en él, sus deseos para mí van a ser los míos, ya que deseo hacer su voluntad.
Y el versículo cinco nos dice que es importante entregarse a Dios, ponernos en movimiento en las cosas por las cuales sentimos ese peso, y que Dios a su tiempo vaya perfeccionando ese camino.
El apóstol Pablo, por ejemplo, sentía un gran peso por los gentiles. Él, en su segundo viaje, cumplió el ministerio que Dios había planeado. Pero Pablo no había terminado, él se estaba moviendo.
En Hechos 16 podemos ver que Pablo se fue al oeste, sin saber específicamente la voluntad de Dios, pero siguió moviéndose. La siguiente provincia fue Asia Menor. Pablo fue, pero el Espíritu Santo se lo prohibió. Se fueron al norte “Pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió”. En vez de rendirse se dirigió al oeste, y tuvo una visión en la que un Macedonio le rogaba que los ayude. Dios siempre quiso que estuvieran en Macedonia, pero probablemente no se los dijo hasta que mostraran una fe y persistencia extra en la obra.
Espero que encuentres tu lugar en la obra de Dios donde estés.