Hijos de luz

Mercedes Ayala

“Ustedes son la luz del mundo, una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean las obras buenas que hacen y glorifiquen al Padre celestial.” (Mateo 5:14-16)

En los últimos meses, acontecieron sucesos que nos han sacudido como sociedad, tanto a nivel provincial como a nivel nacional. También sucesos a nivel internacional. Sucesos fuertes, otros no tantos, otros cotidianos, cuestionables, que nos hacen pensar y tomar partido de un lado o de otro.

Como hijos de luz oramos por todos ellos.

Estos sucesos de alguna u otra manera nos marcan, ya que somos parte de la sociedad en la que vivimos. En Isaías 55:6-8 nos habla de que los pensamientos del Señor, y sus caminos, son más altos que los nuestros.

Sin tomar a nadie como referente, ni herir ninguna susceptibilidad, me remito a la Palabra del Señor. Y allí vemos que nuestra lucha es espiritual. (Efesios 6:12)

Pero también hay sucesos cotidianos que son “cuestionables”. Para los que no conocen la Palabra de Dios, dichos sucesos se van infiltrando lentamente en todas las áreas de la vida. Como creyentes tenemos el discernimiento para analizar los acontecimientos y situaciones que se van dando.

La Fe, la oración y la gracia de Dios son las armas que tenemos los creyentes.

Exhorto a todos, y también a los jóvenes, a que usen toda la armadura de Dios.

Que el Señor nos ilumine a cada uno de nosotros, padres y madres a enseñar a nuestros niños, niñas y jóvenes a permanecer firmes en la palabra del Señor. A seguir siendo hijos de luz.

Conociendo la verdad del evangelio, reunamos valor para hablar en donde el Señor nos coloque como sus discípulos, en el trabajo, colegios, universidades, reuniones sociales y en cualquier actividad que el Espíritu Santo nos guíe.

Que El Señor nos use para alumbrar en todo lugar como hijos de luz.