21 marzo, 2024 | Iglesia Nueva Vida ←Volver a Devocionales Gracias a Jesús, por el amor que demostró en la cruz Graciela Vega Salguero Todas las profecías del Antiguo Testamento se escribieron, muchos años antes de que Jesús naciera. El profeta Isaías en el capítulo 53 (vers.4 y 5) anticipó minuciosamente todo su sufrimiento. Todo fue perfectamente programado y no solo eso, está documentado en la Palabra de Dios. Su nacimiento, su linaje, su vida sin pecado y su obra maravillosa en la cruz. ¡El dejo toda su gloria, se hizo hombre para poder cumplir el propósito de Dios! Él nos ama tanto que no quería que nosotros muriéramos eternamente a causa del pecado, y por eso mandó a Jesús a hacerlo. Fue azotado, crucificado, coronado de espinas un día viernes a la hora tercera (9 de la mañana) A la hora novena (15 horas), todo se oscureció, el velo del templo se rasgó y ¡la tierra tembló! ¡Jesús murió! Jesús estaba solo. ¡Su padre lo había abandonado! El nunca pecó, y Dios lo trato como si lo hubiera hecho. Todo lo hizo para que fuéramos salvos y libres de la muerte eterna. Cargó sobre sus hombros el pecado de todos nosotros. ¡Cuánto amor demostró allí en la cruz!!! No todo termina con su muerte. Dios demostró su poder y gloria. ¡Al tercer día Jesús resucitó! ¡Él vive! Pronto se celebra la Semana Santa, muchos lo recuerdan en esa fecha. Nosotros los hijos de Dios lo recordamos siempre, y cada primer domingo del mes al participar de los símbolos. Él está sentado junto al Padre en los cielos. No nos dejó y se fue, nos dejó el Espíritu Santo el cual nos da convicción de pecado y nos ayuda a darnos cuenta de nuestros errores. En su palabra, Dios nos dice que va a estar acompañándonos hasta el fin, ¡nunca nos va abandonar! ¡Gloria a Dios por ello! Al ver el sacrificio de Jesús ¿Cómo no vamos a adorarle y agradecerle día a día? ¡Solo nos resta obedecerle y contarle a los demás las buenas Nuevas de Salvación! “TU ERES MÍ DIOS. ¡YO ALABO Y BENDIGO TU NOMBRE PORQUE HAS REALIZADO PLANES ADMIRABLES QUE PROMETISTE DESDE TIEMPOS ANTIGUOS!” (Isaías 25:1 TLA)