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En esto debo pensar

Micaela Barrio Palacios

Junto con los jóvenes de la iglesia, estamos viendo en los grupos de discipulado, una serie que se llama “De muerte a vida”, en la cual reflexionamos sobre quienes somos en Cristo cuando decidimos morir a la vieja naturaleza, para darle entrada a la vida nueva en Él.

Estamos aprendiendo que Dios, por medio del sacrificio de su hijo Jesús, no solo desea darnos vida, sino, darla en abundancia. Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” (Juan 10:10).

El vivir en esta abundancia, conlleva experimentar cambios todos los días en el proceso, para así poder ser más como Jesús y mostrarlo a los demás por medio del testimonio de nuestras vidas.

Esta semana pensaba sobre qué cambios debo enfrentar cada día y cómo lo estoy haciendo.

Miré mi rutina, y pensé en las dificultades, me pregunté cómo las afronto, con qué pensamientos y si Dios estaba siendo parte.

Así fue, como me hizo ver, que en muchas de las dificultades que atravesaba, lo hacía con la naturaleza del viejo hombre, llena de ansiedad, miedo, angustia, y autosuficiencia, recordándome que Él, no solo quiere darme otra naturaleza al vivir en Él, sino que lo quiere hacer en abundancia, es decir, con todo lo que necesito para estar plena (Leer 2 Corintios 5:17).

Desde este momento hay un reemplazo de naturaleza cuando Cristo viene a nuestras vidas, renovando nuestra mente y actitudes, Jesús nos enseña ahora a mirar y pensar en esas dificultades como Él lo haría, manteniendo la confianza en aquel que pelea nuestras batallas y descansando en sus planes.

Podemos pensar ahora como alguien que vive en la nueva naturaleza dada por Dios. Tal como nos enseña Filipenses 4:8: “Finalmente, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo que merece respeto, en todo lo que es justo y bueno; piensen en todo lo que se reconoce como una virtud, y en todo lo que es agradable y merece ser alabado.”

Quiero alentarlos a orar para que:

● Podamos ser renovados en nuestra mente y actitud, recordando quienes somos en Cristo y quienes ya dejamos de ser (Ver Efesios 4:22-24).

● Dios nos muestre en qué y cómo pensar ante las dificultades.

● Aceptemos lo que Dios piensa y dice de nosotros: una nueva creación, nacidos de nuevo, del Espíritu, pertenecientes a un real sacerdocio y nación santa.

● Dejemos que Cristo nos vista de ese nuevo hombre.

Dios te bendiga.