18 abril, 2024 | Iglesia Nueva Vida ←Volver a Devocionales ¿Buen siervo y fiel? Martina Cavazza Mateo 25:14-21 nos dice: “Porque el reino de los cielos es como un hombre que, yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo, el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” Esta primera parte de una parábola muy conocida siempre me llevó a reflexionar sobre MI desempeño y cómo YO estaba haciendo las cosas. Preguntándome cuáles son mis talentos. Pero hoy quiero que le demos otro enfoque. Siempre lo pensamos sobre el individuo, pero ¿cuántas veces nos lo hemos planteado como Iglesia? ¿Cuáles son nuestros talentos? Algunas cosas que cruzaban mi cabeza eran la estructura, los instrumentos, la capacidad de hacer streaming, el proyector, pero lo más importante son las personas. Aquellas que son capaces de generar nuevas ideas y llevarlas a cabo. Los que están llenos de talentos y habilidades únicas. Las iglesias son de las pocas organizaciones con mayor diversidad. Tenemos tantas características tan diferentes. Por edad, estudios, situación económica, etc. Esto puede ser una herramienta de división o algo para potenciar la unidad. Me llama la atención que somos lo más parecido a una familia fuera de la relación de sangre. No hay sistema social que tenga tanta variedad de edad que busque el crecimiento de cada uno de sus miembros, el cuidado del corazón, la integración social, etc. ¿Qué estamos haciendo con estas cualidades? ¿Estamos sirviendo en unidad? ¿Estamos multiplicando los talentos? “¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!” (Romanos 10:15) ● Nueva Córdoba tiene 45.000 habitantes con tan solo 2 iglesias. ● Menos del 1% de las personas asisten a iglesias, lo cual es menor o igual a las estadísticas de países no alcanzados o incluso donde la iglesia es perseguida. ● La estadística en Argentina es del 15% de población cristiana. ● Los habitantes de Nueva Córdoba no suelen salir casi del barrio o zona. Quiero que nos tomemos un segundo para pensar estas cifras y pensar qué podríamos hacer como iglesia. Si no les hablamos nosotros, ¿quién? Y la pregunta final sería ¿qué dirá El Señor sobre nosotros? Para cerrar, no olvidar lo más importante. “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres” (Colosenses 3:23)