Venga tu reino

Felipe Sereno

Me parece apropiado comenzar, para una reunión de oración, anclando el mensaje de hoy al prototipo de oración planteado por Jesús. Podemos leerlo en Mateo 6:9-13, y reflexionar en ese modelo de oración que él nos dejó.
Para la reflexión de hoy quiero enfocarme en Mateo 6:10 (NVI):
“Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”
Jesús, entre otras recomendaciones para la oración, les indicaba a sus discípulos que pidieran para que venga el Reino de Dios. Pero ¿a qué se refiere con esta petición?
En el Antiguo Testamento, podemos ver cómo Dios establece varios pactos con su pueblo, para poder liderar a su pueblo al lugar donde Él quería llevarlos (por ejemplo, el pacto con Abraham se cumpliría una vez que llegara a la tierra que Dios le prometió, y el pacto Mosaico sería cumplido una vez que el pueblo de Israel llegara, también a su tierra prometida. Sin embargo, este es un cumplimiento parcial)
Según un autor llamado Graeme Goldsworthy, El reino de Dios es: “El pueblo de Dios, en el Lugar de Dios, bajo el Gobierno y Bendición de Dios”.
Y es esto por lo que Jesús nos pide, aún hoy, que sigamos orando.
También la Gran Comisión que nos es encomendada señala que tenemos que predicar El Evangelio, o proclamar el Reino de Dios, y esto nos puede llevar a una comparación bastante precisa: El conquistador perfecto quiere que seamos parte de la expansión de su perfecto reino.
Versículos como Efesios 6:11-16 (el pasaje nos revela las herramientas del soldado para mantenerse a salvo en el frente de batalla) y Mateo 16:18 (“y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” nos habla de una iglesia que va en conquista del reino de oscuridad o Hades) revelan aún más el carácter conquistador que tiene el evangelio, y cuál debe ser nuestra postura ante el mundo.
Como conclusión de este breve mensaje, no dejemos de orar por la venida del reino de Dios, y tampoco dejemos de luchar por su venida. La única razón por la que no ha regresado Jesús todavía es para darnos más tiempo a predicar la gracia de Dios al mundo (2 Pedro 3:9).
Oremos para que venga su reino, y que nos dé la valentía para predicarlo en todo lugar.