14 agosto, 2025 | Iglesia Nueva Vida ←Volver a Devocionales El timón del todo Julieta Brito Nuestra comunión diaria con el Señor se ve interrumpida continuamente por el ritmo de este mundo. Trabajo, placeres, distracciones.Cuánta batalla hay en los hijos de Dios para seguir la carrera. Por continuar con los ojos puestos en aquel que ya se ocupa de TODO, y donde se encuentra el gobierno de todas las cosas.Santiago 3:4 nos dice: “Fíjense también en los barcos. A pesar de ser tan grandes y ser impulsados por fuertes vientos, se controlan por un pequeño timón a voluntad del piloto.”Si bien Santiago aquí se refiere al poder de nuestra lengua, también podríamos pensarlo como si se tratara de ¿Quién está al control del timón? ¿Quién tiene las riendas de nuestra vida?Las grandes decisiones se sostienen de pequeñas decisiones diarias. El punto de tomar el timón y dejarlo a la autoridad de Cristo como gobierno, determinará que el dominio de nuestras decisiones diarias se alinee a su voluntad. Lo cual nos guiará en lo que anhela nuestro corazón, y a qué se le da mayor importancia.Si Cristo toma el control de nuestro timón, será ganancia para la iglesia y para Su obra.Por el contrario, si dejamos que el timón de nuestra vida lo tome la rutina, los afanes del diario vivir, personas, ministerios… Estaremos siendo como ese barco a la deriva del que nos habla Efesios 4:14. “A la deriva, arrastrados por cualquier nueva enseñanza”.Y esto me recuerda a una frase de esas que trascienden, una vez escuché que “mantener el altar encendido es un proceso que se ve determinado por decisiones”.No dejemos el lugar de autoridad a cualquier otra cosa, ese lugar solo lo puede ocupar nuestro Señor Jesús. “Dios sometió todas las cosas al dominio de Cristo y lo dio como cabeza de todo a la iglesia. Esta, que es su cuerpo, es la plenitud de aquel que lo llena todo por completo.” (Efesios 1:22-23) (NVI) El dominio y autoridad es primeramente algo personal, que se da en la intimidad y se ve reflejado en el cuerpo de Cristo, que es la iglesia. Y si las partes de éste se encuentran distraídas, cansadas, amargadas o enfermas, interrumpe el buen funcionamiento del cuerpo.La iglesia depende enteramente de Él, las partes por medio de Él están ligadas, y se mantienen unidas. Cada parte, al cumplir su función, dará como resultado que el cuerpo crezca y se edifique en amor (Efesios 4:16). Como consecuencia la Iglesia trasciende y marca corazones, con el evangelio y el plan de salvación.¿Está Jesús en el timón de mi vida? ¿Estoy siendo una parte del Cuerpo que cumple su función?Papá Dios que tu presencia lo llene todo, sé el gobierno de todas las cosas por medio de tu hijo Jesús.¡Dios te bendiga!