En la brecha

Alejandra Castro

“Busqué entre ellos un hombre que levantara el muro y que se pusiera en la brecha delante de mí, intercediendo por la tierra para que yo no la destruyera; pero no lo hallé.” Ezequiel 22:30

¿Cuáles eran las condiciones que provocaron la destrucción de Israel en ese momento? Corrupción, Idolatría, opresión de los indefensos, codicia, impureza, tanto de los príncipes, profetas, sacerdotes como del pueblo; condiciones similares a lo que hoy vemos que está sucediendo alrededor del mundo. Y Dios sigue buscando hombres que se presenten ante El por la tierra.

En la Biblia podemos ver otros dos ejemplos de cómo Dios reveló a sus siervos acerca del juicio que iba a desatar y como ellos respondieron clamando a Dios por misericordia.
En Genesis 18 Dios le anticipa a Abraham que va a traer juicio sobre Sodoma y Gomorra. Y Abraham responde intercediendo por el pueblo: “¿Destruirás también al justo con el impío? Quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad…” y así insiste 6 veces para evitar el juicio de Dios, que finalmente llegó, pero Dios reservó un remanente por amor de su Nombre: “Así, cuando destruyó Dios las ciudades de la llanura, Dios se acordó de Abraham, y envió fuera a Lot de en medio de la destrucción, al asolar las ciudades donde Lot estaba.”
Luego podemos recordar el pasaje de Exodo 32 en el que se relata el evento de cómo el pueblo se hizo un becerro de oro mientras Moisés estaba con el Señor en la cima del monte Sinaí. Y a causa del pecado, Dios anuncia a Moisés que los va a destruir: “Entonces Moisés oró en presencia de Jehová su Dios, y dijo: Oh Jehová, ¿por qué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte?
“Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo.” V14. Y aunque Jehová hirió finalmente al pueblo, dejó igualmente un remanente.
¿Dónde está la brecha hoy?
La historia se está repitiendo y los principios siguen siendo los mismos. Dios nos advierte a nosotros también del juicio que va a venir sobre todas las naciones en los últimos tiempos y porque es “Misericordioso y clemente…; lento para la ira, y grande en misericordia”. (Salmo 103:8) -está esperando:

• que nos paremos en la brecha para que El no destruya.
• que nos presentemos delante de la Iglesia y las naciones advirtiéndoles del juicio de Dios, llamando al arrepentimiento y a la reconciliación.

Cuando no se encontró a nadie que se interpusiera entre el pecado y Dios, Jesús vino y se paró en la brecha por nosotros y nos reconcilió con Dios a través de la sangre derramada en la cruz. Ahora es tiempo de que, como iglesia, intercedamos para que Dios derrame su misericordia ante el juicio inminente y muchos puedan ser salvos. El juicio de Dios, aunque demora mucho tiempo, vendrá.